Author: Paul
•9:24:00 p. m.

Todavía es de noche, apenas las tres de la mañana, y observo lo hermosas que parecen las gradas vacías, manchadas de pasos vacios que dibujan soledad en la frialdad de la piedra. Nada en el horizonte, tan solo las luces de la ciudad. Pero es mejor así. Anhelo una cámara que pueda reflejar lo que tengo delante, y de pronto mi ojo se convierte en el objetivo, permitiéndome ver mi vida en pequeños reflejos escondido detrás de una burbuja de soledad mantengo mi vista fija en un punto pienso, o al menos trato de hacerlo, cuanto mas podre aguantar.

Enciendo un cigarro. Hace frío, pero no importa, pues solo pienso en cada cosa, en cada persona, cada visita, cada vómito provocado por tu indiferencia. Y no me siento mejor ni peor por ello, pero necesito el control. Quizá por ahora es lo único que puedo controlar. Sueño con cadáveres y pasteles de chocolate, que curiosamente detesto.

¿Y qué hay tras tu infierno? Silencio, sólo silencio.
This entry was posted on 9:24:00 p. m. and is filed under . You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.

0 comentarios: